21 de desembre 2009

Coromandel

Nuestra próxima parada en Nueva Zelanda es una pequeña península de la costa este, la Península de Coromandel. Dormimos en un camping dentro del parque natural y a la mañana siguiente vamos a recorrer el interior de la península hasta su punto más alto.
El camino empieza subiendo por una escalera tallada en la roca por donde subían las caravanas de caballos que traían provisiones a los leñadores del bosque hace más de un siglo.



El bosque es frondoso y húmedo pero no tiene la variedad de especies que hemos visto en el bosque subtropical de Northland.
La subida es bastante dura, hay miles de escalones pero las vistas de los “pináculos”, el bosque de Coromandel y el mar, merecen la pena.




Los “pináculos” son unas formaciones rocosas en forma de agujas que son lava solidificada del interior de volcanes que se fueron erosionando hasta casi desaparecer. Lo único que quedó fue la lava del interior del cráter solidificada formando estas agujas de piedra.



Comemos y empezamos a bajar.




Llegamos bastante cansados y al volver con nuestra casa con ruedas hacia la costa nos quedamos encallados por segunda vez. Esta vez tenemos una rueda colgando fuera de la carretera y el guarda del parque natural no se atreve a sacarnos con su 4X4, por si acaban cayendo los dos vehículos al río, así que llamamos a una grúa que nos saca de allí. A ver si ya es la última.
Volvemos hacia la costa oeste de la península y llegamos de noche a un camping frente al mar en un sitio llamado Long Bay.
Hasta el día siguiente no nos damos cuenta de dónde estamos exactamente.



Estamos aparcados a 10 metros del mar, en una pequeña playa frente a unas islas y rodeados de bosque. Lástima que el tiempo no acompaña y no se puede disfrutar mucho de la playa ni de los bosques que la rodean.
Seguimos, atravesando la península, hacia la otra costa donde están las mejores playas.



Para llegar a la playa de New Chums hay que cruzar un riachuelo, caminar por una playa y atravesar un pequeño bosque muy frondoso y con algunas palmeras. Está lloviendo así que cuando llegamos a la playa, que según nuestra guía (una de esas gratuitas que te dan nada más llegar en el aeropuerto) es una de las mejores de la isla. Nos decepciona bastante, en gran parte por el tiempo. Así que volvemos enseguida y comemos dentro de la Hippie ya que no para de llover. Un griego que está allí con su mujer y su niña pequeña se lamenta del tiempo y se pregunta cuántos días puede estar así (ya llevamos 3), él decide esperar unos días más con su familia, nosotros nos vamos hacia el interior de la isla y nos dejamos para después el resto de playas de la península. Así que haremos un poco de trampa y os lo contaremos aquí mismo.



De vuelta a Coromandel después de visitar el centro de la isla, la península nos recibe con el mismo tiempo de perros por el que nos fuimos la primera vez pero, llegando a la costa este un arco iris nos sorprende en medio de la carretera. Por fin un buen augurio.
Visitamos la parte sur de la coste este llena de bahías con algunos pueblos de veraneo con muchos veleros amarrados y algunos barcos de pesca faenando.




Seguimos hacia el norte hasta que llegamos a Hahei. Este tranquilo pueblo de veraneo tiene una playa espectacular.



Enfrente tiene un montón de pequeñas islas que forman parte de una reserva marina. Al lado están las playas más famosas de la península. Paramos en el aparcamiento donde empieza la caminata hacia las playas y empieza a llover, además es tarde y como ya estamos hartos de ver playas preciosa con un tiempo de mierda decidimos ir a buscar alojamiento e intentarlo mañana a ver si hay más suerte.
A la mañana siguiente volvemos para ver las playas, valió la pena esperar.
Desde el aparcamiento la playa de Hahei se ve así de apetecible.



Hacia el otro lado las playas de la reserva natural nos esperan escondidas en pequeñas bahías rodeadas de bosque. Todavía más apetecible.





A la playa de Cathedral Cove se accede atravesando un agujero en la montaña.





La punta de estas montañas se quedó sola dentro del agua formando una islita tan absurda como bonita.



La playa que tiene al lado no tiene nada que envidiarle.





Finalmente, ya de regreso pasamos por Sting Ray Bay, más pequeña y tranquila, encerrada entre montañas que se derritieron en el mar. A nosotros nos parece la más apetecible. Así que nos quedamos un rato a descansar. Tal vez no sea la más espectacular pero sin duda es la más tranquila y la que más recuerda a una calita del mediterráneo, aunque hay que buscar mucho para encontrar esta calma y esta agua en el mediterráneo.





Después de esta sobredosis de playas impresionantes seguimos hacia el norte hasta Withianga, en la Mercury Bay. Aquí hay infinidad de barcos de pesca deportiva y algunos veleros, y a pesar de ser un puerto grande el agua sigue siendo así de transparente.



Comemos y descansamos al lado del mar. Después seguimos hacia la playa de New Chums.



A pleno sol, la playa que hay que atravesar y el camino por dentro del bosque son una auténtica maravilla.




La playa tal vez no sea, como dice la guía, la mejor de la isla, pero es preciosa, enorme y está absolutamente vacía.


Al fin y al cabo, ¿cómo es la playa perfecta? La que puede ser la mejor del mundo para un surfista o un dominguero tipo lagarto de arena, probablemente a nosotros no nos diga nada.
Cruzamos la península y buscamos algún sitio tranquilo y apartado para dormir y encontramos una granja con un bungalow en medio de la nada o mejor dicho en medio de esto



Dormimos en la caravana pero nos dejan usar su cocina, su baño y su televisión por cable.
A la mañana siguiente nos dirigimos hasta Cape Colville, el extremo de la península de Coromandel. Aquí no hay casi playas de arena pero el paisaje es espectacular y estamos absolutamente solos.





Nos vamos de la Península con la satisfacción de haberla visto de cabo a rabo e incluso de haber vuelto para ver las playas con algo de sol. Es una lástima que no podamos ver toda la isla igual de bien pero por lo menos nos queda el consuelo de intentar ver lo que podamos abarcar (la mitad norte de la isla norte) a conciencia. Sólo falta poder volver algún día para terminar de ver lo que nos falta. Pero no empecemos con nostalgias que todavía nos falta mucho por ver. Volcanes, cuevas, géisers, lagos,...

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1 comentari:

  1. MOLT BON ANY PARELLA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    Seguiu a Indonesia, suposem??? Ja ens explicareu com heu passat aquesta nit. Nosaltres dos, solets a casa i després de les campanades a dormir... estem nostàlgics del viatge i recordem amb molta intensitat on érem l'any passat per aquestes dates.

    Déu ni do, amb les platges de New Zealand!!!!
    Realment és un país super complert!! Llàstima que no faci millor temps per fer-vos banyets, tot i com molt bé dèieu, segurament aleshores no tindrien tant d'encant perquè estarien plenes!!

    Ah, sabeu què? La Mireia potser torna 13 dies al Japó amb els seus pares ara a finals del mes de febrer... i és que el mono de viatjar ja està fent molt mal!!! jajajajaja, ja us explicarem!!!!

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