Chao Argentina

Seguimos camino por la Patagonia hacia el norte siempre cerca de lo Andes. Llegamos a Esquel con la intención de ver El Parque Nacional Los Alerces, pero fuera de temporada hay muy pocos transportes y sólo se puede llegar alquilando un coche; además está lloviendo así que seguimos hacia el norte hasta El Bolsón. Allí el tiempo sí nos acompaña y hay un montón de caminatas y montañas que recorrer, además el pueblo nos encanta. Es acogedor y tranquilo y encontramos un hostal perfecto por muy buen precio.
El primer día hacemos una caminata hasta una piedra con una forma más que curiosa.



Parece una portada de un Disco de Pink Floyd. Desde aquí se domina todo el valle del Río Azul.



Seguimos a través de un bosque hasta una cascada.



Al día siguiente vamos hasta el lago donde muere el Río Azul, damos una vuelta por el pueblo y sus tenderetes de artesanías y cervezas caseras.



Después descansamos, mañana si el tiempo lo permite, intentaremos subir a la montaña más famosa de la zona: el Piltriquitrón, Piltri para los amigos.
Aunque tenga nombre de “after hours” es toda una señora montaña de unos 3000 metros.



Vamos con Steve y Vicky, una pareja de Ingleses que se hospedan en nuestro hostal, en un taxi que nos deja casi a la mitad de la montaña. Empezamos la ascensión y llegamos a una parte del bosque lleno de estatuas talladas en los troncos.



Seguimos hasta un refugio de montaña donde empieza la ascensión más dura. Los últimos metros son realmente empinados y la nieve lo complica un poco más pero finalmente conseguimos llegar.



La recompensa bien vale la pena, desde arriba hay una panorámica de 360 grados de picos nevados con el valle lleno de ríos y lagos a nuestros pies. Pero lo mejor nos espera en el descenso. Medio en broma medio en serio, se nos ocurre bajar por la nieve de una manera más divertida y después de probarlo nos lanzamos hacia abajo con una bolsa de plástico en el culo, encima de la mochila, con la espalda o como sea.



Hay mucha pendiente y a veces nos embalamos de verdad. Disfrutamos como enanos aunque terminemos con el culo como un cubito después de bajar casi toda la montaña en “culo-patín” como dicen por aquí.
Seguimos caminando hacia abajo y disfrutando de vistas como esta



y del vuelo de algunos parapentes que en lugar de bajar suben hasta sobrevolar la cumbre, dan una envidia tremenda aunque nosotros ya hemos tenido nuestra dosis de aventura por hoy.



Cuando volvemos al hostal nos espera un asadito espectacular en familia.



Aunque nos encanta el Bolsón tenemos que seguir camino hacia el norte, así que al día siguiente salimos hacia Bariloche.
San Carlos de Bariloche es la capital del distrito de los Lagos? En el extremo norte de la Patagonia. Es una ciudad pequeña a la orilla del Lago Nahuel Huapi.
Desde aquí hay muchas excursiones y caminatas que hacer así como la famosa ruta de los siete lagos que da una vuelta a toda la región. El primer día subimos al Monte Campanario, llegamos cuando el telesilla ya está cerrado así que toca caminar, la subida es corta pero hay unas rampas tremendas. Desde arriba hay una vista impresionante. Hace muchísimo frío y viento y está bastante nublado pero aún así es una de las vistas más espectaculares que hemos podido disfrutar.




Al día siguiente hacemos la caminata del llamado Circuito Chico que empieza a las afueras de de la ciudad y pasa por algunos lagos y bosques. El primero es un bosque de Arrayanes de formas imposibles y túneles de bambú.




Con la lluvia y la neblina, los lagos tienen un aspecto a veces un poco fantasmagórico.



Seguimos caminando hasta donde se supone que pasa un autobús que llega a Bariloche pero el autobús no pasa y alguien nos dice que el último ya pasó así que empezamos a caminar los 10 kilómetros que nos separan del pueblo hasta que un turista Norteamericano nos recoge con su coche de alquiler y nos acerca a Bariloche. Menos mal porque después de caminar toda la mañana las dos horitas que nos faltaban bajo la lluvia no apetecían demasiado. Scott es un buen conversador y parece buen tipo, así que disfrutamos de una conversación interesante y bastante original. Después de hablar del 11-S nos pregunta como vemos a Melannie Griffith en España, asegura que en EEUU creen que está como una chota.
A la mañana siguiente alquilamos un coche para hacer por nuestra cuenta la ruta de los siete lagos.
Primero llegamos al pueblo de Villa la Angostura, está nevando pero igualmente hacemos la caminata por el parque natural de la estrecha península que da nombre al pueblo.




Después seguimos por una pista de tierra pasando por ríos como este



y lagos como este



rodeados de montañas nevadas y bosques, algunos de ellos con rincones increíbles.



Llegamos hasta el pueblo de San Martín de los Andes situado a la orilla de este lago



para tomar otra carretera de regreso a Bariloche y nos encontramos con la sorpresa de que los paisajes son incluso más espectaculares que los de los lagos.



Las formaciones rocosas son espectaculares





Dejamos Argentina para dirigirnos a Chile donde pasaremos los últimos días en este continente. Durante estos 30 días en Argentina, las enormes distancias y la falta de tiempo nos han obligado a tomar muchos autobuses nocturnos y un vuelo de 3.000 quilómetros por lo que nos vamos con la sensación de haber visto 3 o 4 Argentinas diferentes y de no acabar de ligar entre sí las profundas impresiones que, a retazos, nos ha dejado este inmenso país. Nuestro recorrido desde las secas quebradas de Salta hacia el trópico con mares de agua precipitándose por las cataratas de Iguazú, nuestro fugaz paso por la tentadora y cálida Buenos Aires siguiendo hasta la Patagonia más Austral y solitaria con sus gigantes de granito y hielo azul para terminar en los lagos turquesa y esmeralda de los Andes, se nos ha quedado corto. Lo que Argentina nos ha ofrecido casi ningún país es capaz de ofrecerlo. Pero además de los diversos e impresionantes paisajes no podremos olvidar la hospitalidad y el buen rollo de los argentinos, la buena comida, lo fácil que resulta viajar por Argentina y esa extraña sensación de sentirse en casa en medio de un paisaje tan diferente al nuestro que no tiene precio.
Así que solo nos queda decir, ¡Hasta pronto Argentina!

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We arrive to El Bolsón which is a lovely small village of the northern Patagonia next to Los Andes. There are plenty of things to do here and we also find a charming family-run hostel, so we decide to take it easy and spend a few days doing some nice treks and walks. In our last day we climb the highest mountain of the surroundings with Steve and Vicky, an English couple who meet in the hostel. It’s not an easy walk but the 360º views from the top have no words. The best part though, is in our way down when we put some plastic bags between our asses and the snow and just let the gravity do the job… it’s very funny! And it really gets very fast!
Back in the hostel, we have a nice barbecue with all the other guests.
Even though we love in here, we need to carry on and the next morning we head our final destination in Argentina: Bariloche. This is also a very nice middle-sized city with plenty of things to do. The weather though is not very nice during the 4 days we stay there. We go for a long trekking in the surroundings and in our way back to the city someone just tell us that the last bus is gone. Thanks God there is Scott, an American guy who just takes us back to the city. The landscapes, the rivers, the lakes… are just impressive. In our last day we rent a car to do the Seven Lakes Route which is pretty famous in the whole country for being one of the nicest routes of the country. And it actually is amazing. Not just the lakes but the mountains and the rivers.
It’s time to leave Argentina to spend our final days of South America in Chile. We are sorry to leave Argentina as is such a great and beautiful country, not just because it’s got amazing landscapes, it’s also because it’s got very good food and charming people. The only thing we can say is: see you later Argenitna.

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