17 de maig 2009

Hacia el Norte otra vez

Dejamos el distrito de Toledo y sus pueblecitos Mayas para dirigirnos otra vez al norte. Placencia era prácticamente un Cayo más de los muchos que salpican el Caribe Beliceño hasta que hace unos años se construyó una carretea que atraviesa las zonas pantanosas de manglares que lo unen a la costa. Debió ser entonces cuando llegaron los Estadounidenses y lo compraron todo. El pequeño pueblecito de pescadores con el caribe a un lado y “la laguna” al otro pasó a ser un destino de primer nivel para las segundas residencias de los gringos de primerísimo nivel. Muchos de ellos llegan hasta las puertas de sus tranquilas casas de veraneo en sus catamaranes de 20 metros. Algunas de estas casas se construyen sobre lenguas de tierra artificiales ganadas a las tranquilas aguas de la laguna con sus muelles privados y sus jardines llenos de flores y frutales.



Al antiguo núcleo de casitas de madera esparcidas sin orden ni concierto por la gruesa arena de esta pequeña península sin calles de ningún tipo, solo una carretera y dos caminos de cemento que atraviesan el pueblo de norte a sur, se le van sumando edificios monísimos de madera pintados de colores pastel que acogen a centenares de turistas de menor nivel adquisitivo.



Las playas son bastante decentes aunque el agua no es tan clara como en los verdaderos cayos y la arena es tan gruesa y hay tanta que los habitantes de Placencia deben tener los gemelos más desarrollados de todo el mundo. A pesar de todo esto todavía hay alojamientos baratos en el pueblo y también queda algo de auténtico en los callejones del antiguo núcleo que dan a la laguna. Aquí puedes ver a los viejos pescadores sentados a la sombra fumando marihuana o a las abuelas pescando a mano en la laguna mientras vigilan a sus nietos que juegan entre los escombros de alguna casa medio jardín.




Como decimos la playa no está mal pero en sus aguas se oculta un secreto inescrutable que nos hiela la sangreeeee….: ¡LA COOOSA DE PLASSSENSSSIAAA! La primera vez que nos bañamos me pongo la careta para bucear, no se ve un pimiento, el agua está turbia y en el fondo solo hay algas, pero cuando estoy a punto de quitármela algo viscoso me agarra la pierna. Me doy la vuelta pensando que Mónica me está haciendo una broma y detrás mío….¡No hay nada de nada! Salgo del agua a toda hostia intentando no parecer asustado aunque estamos solos en la playa, es lunes de temporada baja y los pocos turistas que quedan deben estar durmiendo la mona. ¿Solos? ¡No! Un irreductible ratsafari le está dando la brasa a Mónica que intenta quitárselo de encima con monosílabos. -Hey man! Me ofrece su puño y nos saludamos chocándolos y llevándolo luego al corazón a lo rastafari.-Are you a Bob Marley Friend? –Yes. Contesto algo turbado y pensando para mí: aunque no tengo el gusto vamos. –Do you want some Ganja man? Al cabo de unas pocas preguntas poco inocentes y de sus correspondientes respuestas voluntariamente inocentes el Bob Marley Friend se marcha caminando por la playa solitaria buscando algún otro turista que le dé de fumar o tal vez solo algo de conversación. Le comento a Moni que algo viscoso me ha agarrado la pierna en el agua y se ríe de mí. –Serán las algas. Al cabo de un rato ella entra en el agua. Observo como va nadando hacia adentro con su estilazo. Llega hasta la línea de las boyas y sigue nadando hacia adentro. Dejo de mirarla y cojo la guía para leer algo de… de pronto un grito llega del agua, Mónica nada hacia fuera mirando hacia atrás de vez en cuando, me sonrío pensando: -serán las algas eh… De pronto otro grito, Mónica nada deprisa hacia fuera ya no mira hacia atrás solo hacia la orilla. Dejo de sonreír y me levanto dirigiéndome hacia ella. Otro grito –¡Ahhh me ha tocado la mano!. Ahora ya nada a toda leche, bate los pies como una turmix de 1000 vatios. Enseguida llega a la orilla. – Qué cague, me ha tocado un pie, luego el brazo y después la mano. No nos volvemos a meter en el agua aunque no dejamos de escrutarla pereguntándonos, ¡¿Qué demonios se oculta en las turbias aguas de Plasssenssssiaaa?! Nunca lo sabremos, aunque probablemente algún bicho marino hasta los mismísimos de tanto turista intentando recobrar un poco de la tranquilidad perdida.
En vista de que la playa no se nos hace muy apetecible y que las actividades como el buceo en el arrecife de coral o entre los enormes tiburones ballena son demasiado caras para nuestro presupuesto decidimos seguir camino hacia el norte al día siguiente. Nos quedamos por segunda vez después de Holbox sin nadar con los tiburones ballena, pero podemos decir que nos bañamos con la cosa de Placencia. Otra vez será. Después de dos días en éste semi-cayo nos dirigimos al interior, a Maya Center, el pueblo más cercano a la reserva natural de Cockscom Basin Wildlife Sanctuary, o como le llaman los Beliceños, la reserva del jaguar.



Maya Center es un pueblecito tranquilo al lado de la carretera que como nos cuenta Gregorio, el “taxista” que nos lleva a la reserva se creó en 1996 para realojar a las 9 familias Mayas que vivían en la selva que ahora es parte de la reserva. El gobierno les obligó a desalojar su selva sin pagarles ninguna compensación, prometiéndoles que los puestos de trabajo que se creasen en el parque natural serían para ellos. Luego le cedió la gestión de la reserva a una fundación privada y se quedaron sin nada. Solo un par de “taxistas” como él llevan a los turistas que vienen por libre y sin coche alquilado en sus viejos turismos destartalados y dos mujeres del pueblo recaudan el dinero en la entrada, dinero que va para el gobierno y la fundación privada, y aprovechan para vender artesanía hecha por la gente del pueblo. Gregorio habla de ello sin un ápice de rabia. Nos comenta que entiende que la reserva y los antiguos habitantes de la selva no son compatibles, cosa que nos deja un poco desconcertados ya que nos cuenta que vivían de plantar frijoles y maíz y de la caza y la pesca, aprovechando los recursos de la montaña sin consumirlos. Del Cohune o Corozal, la palmera de estos bosques tropicales húmedos, aprovechaban las hojas para hacer sus casas, las nueces para comer y hacer el aceite para cocinar y a veces el corazón de los troncos jóvenes para comer. Gregorio nos cuenta sin acritud, si acaso con un ligero cabreo cargado de paciencia y resignación, como las familias acostumbradas a vivir de la selva, sin dinero y sin recursos tuvieron que espabilarse para no morir de hambre. De estas 9 familias, algunas de las cuales habían llegado de Guatemala huyendo de la persecución de su gobierno, solo 5 seguían en el pueblo, las otras habían emigrado a la ciudad buscando alguna manera de ganarse la vida, probablemente sin mucha suerte ya que muchos eran analfabetos y solo sabían vivir como lo habían hecho su padres y los padres de sus padres.

Llegamos a las estancias de la reserva cargados con nuestras 4 mochilas y las bolsas de los suministros, agua para cocinar incluida, que necesitaremos para los dos días que pensamos estar. Aquí no hay ninguna tienda ni restaurante, solo habitaciones rústicas y una cocina con cuatro platos, dos sartenes y una olla de cuando abrieron la reserva hace 15 años. No hay electricidad y los lavabos están a más de trescientos metros de las habitaciones, ideal para un apretón. Las duchas sí están cerca de las habitaciones y todas las ventanas están recubiertas de mosquiteras así que dentro de lo rústico el sitio parece relativamente confortable. Quedamos con Gregorio para que nos vuelva a buscar en dos días y nos preparamos para nuestra primera excursión por los senderos de la reserva del jaguar.

Y en el próximo episodio elpauilamonimarxen les presentan: ¡Aventuras en la jungla!
No nos fallen, les espeeeraaamos…


We went to Placencia, which used to be a proper caye until they built a road to get it from land. Then it became the favorite American holiday destination and far from being the old fisherman village, became a cute and stylish sea village.
We just got there because we wanted to do the whale-shark snorkel tour but it was too expensive for us, so we just chilled out for a couple of days.
The main thing that happened to us was in the sea… Pau was having a bath and suddenly he got off from the water saying that something touched his knee. To stat with, he thought it was me but when he realized I was on the sand he just run off. I thought it may just be a sea grass but later on I checked by myself that something else was in the water with me… it first touched my leg, I got scared so I started to swam back to the shore, meanwhile something touched me again in my arm. By then I was absolutely frighten so I started to swim as fast as I could and when I almost was in the shore it touched me again in my hand. I got off in a sec looking around but I couldn’t see anything as the water wasn’t transparent that day. For sure something was hidden in the water…we won’t never know.
After Placencia, we moved up to the jungle where we were supposed to spend a couple of days in the middle of the Jaguar reserve. The room was just a rustic wood cabin, the kitchen was a bit far away and the bathrooms… well they were like 10 minutes walk form the room. You’ll have to wait a couple of days to know more about our jungle adventures!

3 comentaris:

  1. Anònim5/17/2009

    Hola guapos! Ya vemos que lo estáis pasando bien, especialmente con los baños junto al monstruo del lago Ness que se ha cambiado de ubicación... podrías dedicaros a pescar, es posible que lo caceis y os hagáis millonarios con el descubrimiento... o como mínimo os ahorrais la comida de un dia
    Por aquí bien, este fin de semana hemos aprovechado el regalo repollo en un hotel-spa de Solsona, no veáis que relax, y pedazo de habitación! Y encima hemos celebrado la liga, ahora a por la champions!!
    Besos! Manel y Quique

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  2. Hola!
    Increïble! Això si que és un viatge!
    Gràcies per escriure tan al blog! Així us podem fer el seguiment i fer-nos dentetes!

    Petons!
    Alba

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  3. juanje5/19/2009

    la playa de Plasencia estaba en un delta? a lo mejor era algun mamifero de rio... que suelen ser muy torpes... Cuidaros mucho

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